viernes, 4 de julio de 2008

Las Responsabilidades.

Muchas veces escuchamos esta palabra conforme vamos creciendo, desde algo simple como ir a comprar pan solo, hasta tomar las riendas de tu propia vida y todo el conjunto de decisiones que eso conlleva.

En muchos ejemplos, esto parte realmente cuando entras a la universidad (me basaré en el ejemplo que eh vivido yo, hay otros que, saliendo de 4to medio entran a trabajar y no vuelven a estudiar, son contados los casos en donde la persona retoma los estudios o mas bien, poco frecuente) y más aún, cuando la ciudad en donde se encuentra la “U” no es la misma donde está la casa de nuestros padres. Ésta situación a la vez, se da o por que REALMENTE, no hay donde estudiar la carrera que se quiere o sino por que se quiere ir de la casa nomás y vivir la vida loca. Esto pone en jaque a la mayoría de los padres (no soy padre, pero creo cacho un poco el tema de lo que se siente) esto de por sí entrega un tremendo crecimiento, ya sea por estar solo, como el darse cuenta de que estás de por sí sólo. El largo trecho intermedio ya lo eh descrito en algún otro post anterior, ya que lo que aquí quiero tratar es distinto, me refiero a los que se dejan llevar por la vida, no queriendo, no sé si aceptar, o un miedo irracional de hacerle frente a la vida como tal sin mas respaldo que uno mismo, no es por que no se tenga a nadie, sino que hay cosas que se deben hacer estando solo, por ejemplo, es como tirar una piedra sobre tu cabeza y esperar que alguien que te conozca detenga el trayecto de esa piedra para que no te pase nada, estando la posibilidad de tener un casco puesto, detener la piedra o esquivarla y eso por tu propia cuenta sin que nadie te lo diga, no queriendo esto, en ningún momento, que no exista nadie para ayudarte, sino el hecho de no dejar que las cosas pasan por que sí o por que no. Encuentro que no es que se requieran agallas, sino una cuestión de responsabilidad y carácter más el empuje propio a hacerle frente a tu propia vida, no es la gran cosa, de una u otra forma a todos nos llega el momento, distinto es cuando se hacen los ciegos o los sordos quienes no quieren hacer nada para cambiar eso, siendo igual que un pescadito chiquitito, temeroso y frágil que se deja llevar por la corriente.